Competencias comunicativas – San Valentín, Carnaval y Panettone

Las competencias comunicativas en un idioma se refieren no solo a la capacidad de utilizar vocabulario y gramática para formar frases correctas, sino también a saber emplearlas de manera efectiva en un contexto sociocultural dado. En nuestras clases de idiomas no solamente enseñamos a nuestros alumnos a producir lenguaje, sino a aprender qué es considerado apropiado y qué no en cada cultura, según el idioma que se esté aprendiendo. Por ejemplo, aprender las formas de cortesía y las situaciones en las que se emplean en un idioma ayuda a tener mayor éxito en el momento de comunicarnos con personas extranjeras, ya sea cuando viajamos o en el trabajo, así como a desarrollar relativismo cultural. Con el aprendizaje de una lengua viene el de toda una cultura y una forma de ver el mundo. Con ésta idea en mente, en EADI realizamos actividades que tienen que ver con diferentes costumbres. Desde decorar la escuela para San Valentín, hasta hacer máscaras de carnaval.

Simona, una de nuestras profesoras de inglés e italiano, tiene por costumbre ofrecer a sus alumnos comidas típicas italianas y nos cuenta: “Si hablamos de enseñar un idioma, no tiene sentido hablar de algo abstracto, no significa aprender sólo reglas y construcciones, y en ese sentido no es sólo la herramienta lingüística lo que debe interesar al alumno. Una persona que aprende un idioma también debe poder contextualizarlo, considerar la cultura donde se usa. Esto se debe a que el idioma y la cultura están mutuamente vinculados. Tener la oportunidad de conocer y vivir la cultura de un determinado país es, seguramente, uno de las motivaciones para aprender una lengua; estimula la curiosidad, capacidad crítica y nos permite aprender a usar palabras cuyo significado se manifiesta solamente en ese idioma. Conocer el arte, la gastronomía, los hábitos cotidianos de un país provoca esa fascinación que hace que el idioma se aprenda con la cabeza y el estudio, pero que también entre por los ojos, el corazón y, ¿por qué no decirlo?, seguramente el estómago”